RESUMEN:
- La perseverancia es una de las claves del éxito en cualquier proyecto o meta ambiciosos que te propongas. Por ejemplo, si quieres desarrollar y escalar tu propio negocio.
- Sin embargo, no nos resulta fácil perseverar hasta el final en lo que queremos cuando estamos rodeados de las rutinas, compromisos y distracciones de cada día.
- “El principal enemigo de la perseverancia es la procrastinación: ir retrasando lo que tenemos que hacer para conseguir nuestros objetivos.”
- Cuando tienes una meta que te moviliza, que le da propósito a tu vida y a tu trabajo, te resulta más fácil comprometerte de verdad y perseverar hasta el final.
- Si crees que la perseverancia es el ingrediente que te falta para alcanzar tu siguiente etapa de desarrollo, quédate en el vídeo y acompáñame para comprender cómo perseverar para conseguir tus metas.
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Perseverancia: Cómo Perseverar Hasta el Final para Conseguir Tus Metas (texto completo)
Si quieres entender mejor en qué consiste la perseverancia y por qué es importante, hazte antes estas preguntas: ¿alguna vez te has comprometido contigo mismo a lograr algo, pero te has quedado a mitad de camino? ¿Sientes que inicias los proyectos con mucha energía, pero terminas aburriéndote rápido? ¿O simplemente te distraes con otras cosas, y no acabas de terminarlos?
La perseverancia es una de las claves del éxito en cualquier proyecto o meta ambiciosos que te propongas, como por ejemplo crear y escalar tu propio negocio.
Sin embargo, una cosa es saberlo y otra es llevarlo a la práctica. La realidad es que no es fácil perseverar en lo que queremos cuando estamos rodeados de las rutinas, compromisos y distracciones de cada día, que se llevan la mayor parte de nuestra atención.
Unas veces creemos que sabemos lo que tenemos que hacer, pero no encontramos la manera de ejecutarlo, de hacerlo realidad. Y otras veces simplemente tenemos problemas para priorizar y organizarnos.
Pero lo cierto es que, si miras a tu alrededor, todas las personas que tienen éxito en su vida y en su trabajo comparten un punto en común: todos practican la perseverancia.
Si crees que la perseverancia es el ingrediente que te falta para alcanzar tu siguiente etapa de desarrollo, quédate en el vídeo y acompáñame para comprender cómo perseverar para conseguir tus metas.

Perseverancia: significado
«Las cosas difíciles requieren un largo tiempo, las cosas imposibles un poco más» —André A. Jackson
Vamos a empezar entendiendo qué es la perseverancia desde el punto de vista científico. Todos tenemos una idea general de en qué consiste ser perseverante: sabemos que se refiere a la constancia, a la determinación, a la voluntad de seguir pese al cansancio o la frustración.
Para la psicología, la perseverancia es una característica de la personalidad que lleva a alguien a persistir en su esfuerzo para alcanzar un determinado objetivo, cueste lo que cueste. Es una cualidad que se asocia con la fuerza de voluntad, con la disciplina que impulsa a la persona a superar los obstáculos que aparecen en su camino.
El que es perseverante tiene una visión a largo plazo. Conoce la importancia que tiene su objetivo, y está dispuesto a recorrer el camino hasta conseguirlo, con todo lo que eso implique.
Y hay otros dos grandes elementos que influyen en la perseverancia. En primer lugar, está la motivación, la fuerza que nos moviliza para conseguir una meta con la que nos identificamos. La motivación más poderosa es la motivación intrínseca, la que procede de nosotros mismos, de nuestros propios intereses, y no de los de los demás.
Pero la motivación no es estable. Igual que hay momentos en los que nos sentimos muy motivados y dispuestos a dar el 100%, hay otros momentos en los que el ánimo decae, y no tenemos tantas ganas de trabajar ni de luchar por lo que queremos.
En esos momentos difíciles entra en el juego la disciplina, que consiste en hacer lo que tenemos que hacer, más allá de si tenemos o no ganas de hacerlo o no.
La fórmula de la motivación según Piers Steel
En principal enemigo de la perseverancia es la procrastinación: ir retrasando lo que tenemos que hacer para conseguir nuestros objetivos.
Para comprender mejor la procrastinación y cómo afecta negativamente a nuestra perseverancia, el psicólogo canadiense Piers Steel ha desarrollado su famosa Ecuación de la Procrastinación. En ella divide la motivación en una fórmula de cuatro elementos:
Motivación = (Expectativa x Valor) / (Impulsividad x Demora)
La expectativa es el grado de confianza que tenemos en conseguir lo que queremos. Si nuestra expectativa es alta, estaremos más motivados porque creemos que tenemos una buena oportunidad de conseguirlo, y viceversa. Es decir, la expectativa está muy relacionada con nuestro propio autoconcepto, con nuestra confianza.
El valor es cuánto valoramos lo que queremos conseguir, cuánto nos importa, cuánto sentido tiene para nosotros. Cuanto más nos importe, cuanto más valor tenga para nosotros, más motivados estaremos.
En el denominador de la ecuación encontramos los dos elementos que empeoran la procrastinación. El primero es la impulsividad, que es la tendencia a la gratificación inmediata. Cuanto más nos cuesta esperar por lo que queremos, más fácil es que nos desviemos de nuestro camino y procrastinemos.
Y el último factor es la demora, que es cuánto debes esperar para recibir la recompensa o el beneficio por tu esfuerzo. Cuanto más tenemos que esperar, menos motivados estaremos y más probable es que procrastinemos. Si te fijas una meta a muy largo plazo, en el camino irás perdiendo motivación. Por eso lo ideal es apostar por objetivos realistas y que sean alcanzables.
Pero entonces, ¿cómo asumir la demora cuando tenemos una meta que nos llevará meses, e incluso años?
Pues en este caso tienes que dividir tu gran meta en proyectos y tareas más pequeños. Por ejemplo, escalar tu negocio puede parecer una tarea enorme. Pero si la subdivides en los proyectos necesarios para conseguirlo con sus respectivos objetivos, y luego te enfocas en ejecutarlos, al final lógicamente lo conseguirás.
Es decir, primero planifica, y después concéntrate en la ejecución e intenta disfrutar del trabajo. Porque este es otro punto clave en el entrenamiento de la perseverancia: debes aprender a disfrutar del proceso incluso cuando las cosas no son ideales.

Perseverancia …hasta la Presidencia
“El éxito no es final, el fracaso no es fatal: es el coraje de continuar lo que cuenta” —Winston Churchill
Mira, todas las personas que han conseguido éxito en lo que se han propuesto, tienen un elemento que las une: la perseverancia. Una de mis preferidos es el presidente de Estados Unidos Abraham Lincoln, que fue elegido en 1860.
Su vida antes de ser presidente estuvo llena de dificultades que hubieran detenido a cualquiera menos perseverante que él. Primero intentó ser empresario, y acabó en la bancarrota. En 1832 se propuso como candidato a la Legislatura y fue derrotado. En 1835 murió su prometida, con la que iba a casarse.
También se presentó a muchas otras elecciones en las que no fue elegido. En 1856 aspiró a la Vicepresidencia del país y perdió. Y en 1858 perdió las elecciones al Senado. Como verás, Lincoln estaba mucho más acostumbrado a la derrota que a la victoria. Sin embargo, de cada fracaso salió con energía, voluntad y convicción renovadas. La perseverancia lo convirtió en el presidente de Estados Unidos, y pasó a la Historia por ser uno de los mejores presidentes que ha tenido el país.
Perseverancia en la vida: cómo hacer que tus metas se cumplan
«La única garantía de fracaso es dejar de intentarlo» —Lao Tse
Vamos ahora a lo práctico: vamos a revisar juntos las 5 claves más importantes para entrenar tu perseverancia y ponerla al servicio de tu éxito. Si quieres tener más información sobre estas y otras claves de perserverancia y productividad, descárgate ahora debajo de este vídeo la guía gratuita que he preparado para ti.
1. Conéctate con tu visión a largo plazo
La primera clave para aprender a perseverar es tener una visión a largo plazo que sea potente y poderosa. Que sea incluso más grande que tú. Volvemos a lo que te comentaba al inicio del vídeo: cuando tu meta es muy pequeña, con el transcurrir del tiempo te darás cuenta de que no merece la pena el esfuerzo que estás haciendo.
En cambio, si te enfocas en construir una visión a largo plazo no se tratará tan solo de lograr algo en concreto: lo que quieres conseguir será parte de algo mucho más grande: de tu propósito, de tu misión en tu vida, y eso es algo muy poderoso. Y si además esa visión no solo te incluye a ti, si afecta también a otras personas, tendrás un enorme impulso para perseverar y seguir adelante.
Es por ejemplo lo que le ocurre a los emprendedores cuando deciden emprender un nuevo negocio. ¿Quieren hacer dinero? Pues claro que si. Pero si además quieren aportar a su entorno, generar puestos de trabajo, impulsar el desarrollo de otras personas, solucionar problemas colectivos, y logran transmitir esto a quienes les rodean, ten por seguro que seran mucho más perseverantes.
2. Construye hábitos de perseverancia
El segundo paso para perseverar y conseguir tus metas es la construcción de hábitos. Seguro que lo has escuchado muchas veces, y en la teoría suena bastante claro y simple. Lo difícil es llevarlo a la práctica, pero, por supuesto, no es imposible. Los hábitos son un secreto fundamental en el desarrollo de la perseverancia y en alcanzar el éxito en cualquier meta que te propongas.
Son esas cosas que haces a diario, porque sabes que te conducen por un camino: el camino que tú has elegido porque le da valor para tu vida. No siempre tendrás ganas. No siempre te sentirás de la mejor manera. Y es entonces cuando tener hábitos consolidados viene en tu ayuda.
Hay una frase vinculada a la perseverancia que me gusta mucho y que quiero compartir contigo. Dice: «He fallado más de 9000 tiros en mi carrera. He perdido más de 300 partidos. En 26 ocasiones me confiaron el tiro ganador y falle. He fracasado una y otra y otra vez en mi vida y por eso he tenido éxito». ¿La has escuchado? Pues es de Michael Jordan, uno de los jugadores de baloncesto más grandes de todos los tiempos.
Ese éxito al que él se refiere está construido de hábitos sostenidos a diario. De entrenar cuando tenía ganas, y también cuando no las tenía. De disciplina deportiva, en la alimentación, en las rutinas de ejercicio. Y lo mismo puede aplicarse a cualquier área de la vida y del trabajo.
3. Cuida como te hablas a ti mismo
La tercera clave de la perseverancia es cuidar la forma en la que te hablas a ti mismo. La comunicación con los demás es muy importante para el éxito en la vida: pero más importante aún es la forma en la que nos hablamos a nosotros mismos.
Si te dices a ti mismo que puedes con esa meta, que tienes la capacidad de alcanzarla, que, aunque sea con mucho esfuerzo eres capaz de lograrla, estarás en lo cierto. Y si dudas, si crees que la meta es demasiado ambiciosa, que no tienes el talento o el tiempo o los recursos para hacerlo, pues también estarás en lo cierto.
Tus pensamientos construyen tu propia realidad. Si te ocupas de alimentar pensamientos de suficiencia y de positividad, de convicción y de determinación, tu propia mente te ayudará en el camino hacia tus objetivos.
4. Establece un plan de acción
La cuarta clave para perseverar y conseguir tus metas es construir un Plan de Acción. Un objetivo sin una estrategia que te lleve a alcanzarlo es simplemente un deseo: no te servirá. Una de las claves para mantener la perseverancia es tener claros tus objetivos y cómo vas a lograrlos desde el principio.
Y la manera de conseguirlo es construyendo un plan de acción en el que puedas hacer un seguimiento de tareas, de etapas y de tiempos. Por supuesto que las cosas en el camino pueden cambiar para adaptarse a la realidad. Pero un plan de acción es la hoja de ruta que debes seguir para conseguir tus objetivos.
5. Busca apoyo externo
Y la quinta y última clave para la perseverancia es buscar apoyos externos. Cuando todo lo demás falla, la motivación, la fuerza de voluntad, los hábitos…, tener a un compañero o un mentor al que tengas que rendir cuentas periódicamente, que te mantenga encaminado hacia tu objetivo, es fundamental.
Muchas veces nos quedamos atrapados en nuestra cabeza, en nuestras ideas, en nuestros bucles mentales, y perdemos el contacto con los objetivos que queríamos conseguir. Una figura externa, como un mentor, te ayuda a anclarte a la realidad, a ponerte en marcha cuando te detienes, y a corregir el rumbo hacia tu objetivo.

Conclusiones
En definitiva, la perseverancia es un ingrediente fundamental para el éxito en cualquier faceta de la vida. Como dice el proverbio japonés, «Si caes siete veces, levántate ocho».
Así que si tienes una meta que te moviliza, que sabes que es transformadora, que le da propósito a tu vida, comprométete de verdad con ella y persevera hasta el final. Porque eso es lo que te cambia la vida.
¿Listo para pasar al siguiente nivel?