Mejora tu Toma de Decisiones para Evitar Errores Irreparables

Toma de decisiones - Mandela

¿LISTO PARA PASAR DE NIVEL?

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Por qué es difícil la toma de decisiones

A todos nos gusta considerarnos seres racionales. 

Y hasta hace pocos años, la teoría económica clásica afirmaba que para los seres humanos la toma de decisiones es un proceso lógico y racional. Es decir, se suponía que elegimos la opción que nos proporciona el mayor beneficio posible.

Sin embargo, en los últimos cuarenta años la ciencia del comportamiento ha estudiado la psicología de la toma de decisiones, y ha demostrado que no somos tan racionales como pensábamos. Nuestro cerebro no es el mejor en la toma de decisiones complejas, por estos motivos:

  • por un lado, nos afectan errores sistemáticos de percepción y pensamiento, los llamados sesgos cognitivos
  • por otro lado, de manera inconsciente usamos ciertos atajos mentales, los llamados heurísticos, para simplificar el proceso de decisión;
  • y también influyen en nuestra toma de decisiones factores externos como el cansancio, el estrés, o encontrarnos en un entorno desconocido.

Aunque es difícil evitar por completo la influencia de estos factores, conocerlos es un primer paso necesario para reducir sus efectos y decidir mejor.

Proceso de toma de decisiones

Nuestro cerebro no está preparado para evaluar situaciones complejas de un solo vistazo. Podríamos decir que es «perezoso»: tiende a tomar atajos, simplifica lo que percibimos, y se deja llevar por impresiones generales a la hora de decidir.

Este modo de razonamiento «por defecto», inmediato e intuitivo, es lo que el profesor de la Universidad de Toronto Keith Stanovich llama “Sistema 1”. Es adecuado para muchas tareas de nuestra vida diaria que requieren una toma de decisiones rápida y que no deberían consumir demasiada energía, como asearnos, caminar por la calle o tener una conversación informal.

Sin embargo, cuando se trata de la toma de decisiones importantes, que pueden tener consecuencias irreversibles en nuestra vida o en nuestro negocio, hemos de hacer un esfuerzo adicional para recoger y tener en cuenta todas las variables.

Este es un modo de razonamiento distinto, que Stanovich denomina “Sistema 2”. Aplicar el sistema 2 no es rápido ni intuitivo: requiere concentración y un esfuerzo deliberado. Pero es absolutamente necesario para tomar decisiones importantes y complejas, en las que intervienen muchos factores distintos.

Fases del proceso de toma de decisiones

Hay muchas pequeñas decisiones de nuestra vida diaria que no tienen la suficiente importancia como para invertir en ellas demasiado tiempo y recursos. En estos casos, podemos utilizar la intuición para decidir con rapidez y no malgastar tiempo y energía sin necesidad.

Pero cuando la decisión es importante y compleja, la intuición y los atajos mentales suponen un riesgo: porque hacen que la decisión sea aparentemente más fácil, pero no más efectiva.

En este último caso, es fundamental contar con un proceso de toma de decisiones más sofisticado, que nos ayude a tener en cuenta todos los factores, y a reducir el efecto de los sesgos cognitivos que nos influyen a todos.

La Universidad de Massachusetts propone las siguientes fases del proceso de toma de decisiones:

  1. Identifica la decisión.
    Una vez sabes que debes tomar una decisión importante, define exactamente en qué consiste esa decisión: ¿cuál es el objetivo, qué pretendes conseguir?
  2. Reúne la información relevante.
    Para una buena toma de decisiones necesitas tener información suficiente y de calidad, que refleje la realidad que te rodea. Este es el motivo, por ejemplo, por el que los gobiernos tienen agencias de inteligencia. Parte de la información que necesitarás es interna, relacionada contigo y con tus necesidades como decisor. Y otra parte es información externa, que te ayude a entender el contexto en el que estás tomando la decisión.
  3. Identifica las alternativas.
    Identica claramente las diferentes opciones entre las que debes elegir a la hora de tomar la decisión: porque tendrás que valorarlas una a una para elegir entre ellas.
  4. Evalúa cada una de las alternativas.
    Para cada alternativa en la toma de decisiones, piensa si realmente alcanza el objetivo que definiste en el paso 1, y a qué coste. Cuando lo hayas hecho, imagina el escenario que se presentaría después de aplicar cada una de ellas. Y, teniendo todo esto en cuenta, ordénalas en orden de prioridad, según tu propio sistema de valores o el de la organización que representas.
  5. Elige entre las alternativas.
    Una vez que has valorado todas las opciones que habías generado, elige la alternativa o combinación de ellas que mejor responde a tu necesidad. A menudo coincidirá con aquella que habías colocado al principio de tu lista de prioridades en el paso 4.
  6. Ponte en acción.
    Aplica la solución que has elegido en el paso 5. Y cuida que su puesta en práctica coincida lo mejor posible con lo que habías previsto.
  7. Evalúa tu decisión y sus consecuencias.
    Revisa el resultado de tu decisión, y valora si ha resuelto o no la necesidad que definiste en el paso 1. Si no ha sido así, puedes repetir algunos pasos del proceso de toma de decisiones. Por ejemplo, puedes añadir nueva información, o incluso generar nuevas alternativas.

Toma de decisiones en una empresa

La toma de decisiones en una empresa puede determinar el éxito o el fracaso de todo el proyecto, y el futuro de las personas que la forman.

Tanto si trabajas en una empresa como si tienes tu propio negocio, es fundamental encontrar un equilibrio entre la agilidad y la eficacia en la toma de decisiones.

Por un lado, hay empresas tan burocráticas y jerárquicas que los procesos establecidos son más importantes que la propia realidad.

En estos casos, cualquier toma de decisiones, por poco importante que sea, requiere de procedimientos, consultas y permisos que lo ralentizan todo y le impiden reaccionar a lo que sucede a su alrededor.

Y, por otro lado, cuando un equipo directivo toma a la ligera decisiones trascendentales para la empresa, está poniendo en peligro el futuro de esta y de sus trabajadores.

Cuando la decisión es importante y compleja, la intuición supone un riesgo: porque hace que la decisión sea aparentemente más fácil, pero no más efectiva.

Según el profesor Daniel Kahneman, premio Nobel de Economía, el secreto está precisamente en saber distinguir las decisiones intrascendentes del día a día, de aquellas otras decisiones que ya no tienen vuelta atrás.

En el primer caso aplicaremos el sistema 1 al que nos referíamos antes, que requiere menos esfuerzo y se basa en heurísticas o atajos para decidir con rapidez.

En el segundo caso, cuando se trata de una toma de decisiones trascendental, aplicaremos el Sistema 2, recopilando toda la información necesaria y dedicando el tiempo necesario a analizarla y a sopesar cada una de las opciones.

Y tú, ¿cómo decides?

¿Tienes un proceso claro para la toma de decisiones importantes? ¿O decides según tus pensamientos o la emoción del momento? 

Toma tus decisiones importantes con cuidado, y agiliza las demás. 

Y recuerda que la toma de decisiones es una de las habilidades fundamentales que debes aprender para tener éxito en tu trabajo y en tu vida. 

¿Listo para pasar al siguiente nivel?

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