RESUMEN:
- ¿Tienes una meta que llevas meses o años retrasando? ¿La jornada se te pasa ocupado en mil pequeñas tareas, y lo más importante siempre se queda atrás?
- A menudo, nuestros sueños más personales, nuestros grandes proyectos e ilusiones se van quedando olvidados, enterrados por la dictadura de lo urgente.
- Pero llega un momento en que le pides a la vida algo más, y no te conformas con ser solo un testigo de cómo pasa el tiempo.
- «Definir tu propósito es el punto de partida de todo logro» —William Clement Stone
- Pero si no sabes bajar esos deseos a tu agenda y convertirlos en metas, en objetivos y en tareas, nunca van a hacerse realidad.
- En este episodio voy a hablarte de cómo planificar tus metas y organizar tu vida, y voy a explicarte los 5 pasos que tienes que seguir para conseguirlo.
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Cómo Planificar tus Metas y Organizar tu Vida (en 5 Pasos) [texto completo]
Antes de que empecemos a hablar sobre cómo planificar tus metas y organizar tu vida, déjame que te haga algunas preguntas. ¿A veces tienes la sensación de que los días van pasando siempre iguales, uno tras otro? ¿Tienes una meta que llevas meses o años retrasando? ¿La jornada se te pasa ocupado en mil pequeñas tareas, y lo más importante siempre se queda atrás?
Vivimos en un mundo complicado, y siempre tenemos la cabeza llena con trabajo, familia, compromisos y mil cosas que nos mantienen ocupados. Y, a menudo, nuestros sueños más personales, nuestros grandes proyectos e ilusiones se van quedando atrás, enterradas por la dictadura de lo urgente. Y claro, acaban quedándose solo en eso, en deseos vacíos que nunca se hacen realidad.
Pero llega un momento en que le pides a la vida algo más, y no te conformas con ser solo un testigo de cómo pasa el tiempo. Tienes derecho a pedirle a la vida sentido, a pedirle pasión, bienestar, aventura y, por qué no, éxito verdadero.
Pero si no sabes bajar esos deseos a tu agenda y convertirlos en metas, en objetivos y en tareas, nunca van a hacerse realidad.
Por eso, en este episodio voy a hablarte de cómo planificar tus metas y organizar tu vida para cumplirlas, y voy a explicarte los 5 pasos que tienes que seguir para conseguirlo.

La diferencia entre deseos y metas
«Definir tu propósito es el punto de partida de todo logro» —William Clement Stone
Antes de entrar de lleno en la tarea de cómo planificar tus metas y organizar tu vida, es importante que conozcas la diferencia entre deseo y meta, y que seas muy sincero contigo mismo sobre lo que quieres. Te doy algunos ejemplos:
- Imagínate que quieres bajar de peso, pero comes comida basura varias veces a la semana. ¿De verdad tienes la meta de peso, o es solo un deseo?
- Imagínate que dices que quieres mejorar en tu carrera profesional o en tu negocio, pero no te formas, ni usas tu red de contactos, ni vendes más, ni haces los cambios que sabes que tienes que hacer para que las cosas mejoren. ¿De verdad tienes la meta de mejorar profesionalmente, o es solo un deseo?
- O imagínate que quieres aprender a hablar un nuevo idioma, pero pasas tu tiempo libre en el sofá viendo viendo la televisión. ¿Realmente quieres aprender otro idioma, o es solo un deseo, algo que te gustaría que pasara?
Como ya te habrás imaginado por estos ejemplos, la diferencia entre un simple deseo y una meta, es que el deseo es solo algo que te gustaría que ocurriera, mientras que la meta es algo por lo que estás dispuesto a trabajar.
Es decir, la diferencia entre un deseo y una meta es el compromiso.
Y la decisión de comprometerte solo puedes tomarla tú.
Para convertir un simple deseo en una meta tienes que comprometerte a conseguirla, y tienes que estar dispuesto a planificar, a organizarte, a sacrificar cosas y a trabajar para alcanzarla. Esa es la diferencia.
Por eso, si quieres cambiar tu vida, el primer hábito que vas a necesitar es definir tus metas.
A continuación voy a explicarte los 5 pasos que debes dar para convertir tus sueños en metas, estas en objetivos, y estos en realidades.
Define con claridad tus metas
En cualquier viaje, si no sabes cuál es tu destino, jamás vas a llegar. Por eso, el primer paso para planificar tus metas y organizar tu vida, es decidir cuáles son esas metas, qué es lo que quieres conseguir.
Mientras solo tengas deseos vagos de mejorar, de cambiar, no va a pasar nada.
Porque ni el bienestar ni el éxito verdaderos llegan por casualidad. Eres tú el que tiene que asumir la responsabilidad, y decidir la dirección que quieres darle a tu vida.
Y uno de los peligros en esta fase es equivocarnos, y plantearnos metas que se corresponden con los deseos o las expectativas de otros, o de la sociedad en general, y no con nuestros verdaderos valores.
Cuando creas que quieres algo, un ascenso, una casa, un coche nuevo, antes de decidir que eso es una meta para ti, pregúntate ¿de dónde viene ese deseo? ¿Es lo que tú quieres de verdad?
Stephen R. Covey ponía un ejemplo sobre esto: decía que lo más importante al pintar una pared ni siquiera es hacerlo bien o mal, sino saber si nos hemos puesto a pintar la pared equivocada.
La definición de metas es uno de los temas que trato en profundidad con mis alumnos en nuestros programas de desarrollo personal y profesional. Pero recuerda esto: es fundamental que las metas que te marcas está alineadas con tus valores, con tus talentos, y con tu visión para tu vida. Si no tienes claro cuáles son, tu primera misión debería ser aclararlo.

Planifica tus objetivos
El segundo paso para conseguir tus metas es planificar tus objetivos. Si tus metas son el destino al que quieres llegar, tus objetivos son las etapas, los hitos que tienes que ir alcanzando para llegar a ese destino.
Las metas están más cerca de tus sueños, de tu visión. Los objetivos son las cosas concretas que tienes que conseguir para acercarte a ellos.
Por eso, un objetivo debe ser SMART, que son las siglas en ingles de específico, medible, alcanzable, realista y con un plazo concreto.
Por ejemplo, la meta de hacer un gran viaje se desglosa en objetivos más específicos como «ahorrar 10.000 dólares hasta el mes de junio», o «tener un plan específico de los destinos y las rutas dos meses antes de la salida».
Mientras que la meta es más general, y está más relacionada con tu visión, los objetivos son prácticos, concretos y medibles. Sabes que, si los consigues uno a uno, acabarás llegando a la meta que te habías marcado.
Desglosa tus objetivos en tareas concretas
El tercer paso para conseguir tus metas es desglosar esos objetivos en tareas concretas. Para conseguir un objetivo a tres meses vista, tienes que descomponerlo en todas las cosas que tú u otras personas tenéis que hacer para que el objetivo se cumpla.
Algunas de estas tareas tendrás que hacerlas tú, y otras podrás delegarlas. Delegar tareas es una de las maneras más efectivas de acelerar tu progreso hacia tus metas, porque permite que varias tareas importantes se estén haciendo a la vez.
Lo más importante es que las tareas estén planificadas en tu calendario, y que las vayas ejecutando en los plazos que has previsto para cumplir tu objetivo.

Entrena tu motivación y tu disciplina
El cuarto paso para conseguir tus metas es entrenar tu motivación y tu disciplina. Una vez que sabes lo que quieres conseguir y lo has desglosado en tareas concretas, solamente la acción puede hacerte avanzar.
Pero claro, mantener la acción enfocada y sostenida en el tiempo no es fácil. Los seres humanos nos distraemos con facilidad, y somos inconstantes. Aquí es cuando entran en juego la motivación y la disciplina, y para empezar es muy importante que entiendas la diferencia entre estos dos conceptos.
La motivación, como la propia palabra indica, es el motivo por el que haces (o no haces) algo. Y la motivación puede ser extrínseca, cuando hacemos algo por la recompensa o el castigo externo que podamos recibir. O puede ser motivación intrínseca, la que nace dentro de nosotros cuando algo nos importa profundamente.
Esta última, la motivación intrínseca, es la que sientes cuando lo que haces tiene sentido verdadero para ti. Por eso, dedicarte a algo que te importa es fundamental, porque encuentras motivación en la actividad misma, en lo que haces: porque no es una obligación, sino que te interesa de verdad.
Sin embargo, todos sabemos que nuestra motivación fluctúa y puede cambiar según el momento, nuestro nivel de energía, o dependiendo de si hemos dormido bien o mal.
En ese caso entra en funcionamiento la disciplina, que es la capacidad de mantenerte constante en la acción a la que te has comprometido, incluso cuando no te apetece, cuando flaquea la motivación. Lo haces, aunque aunque no tengas ganas, porque sabes que va a ayudarte a alcanzar tu meta.
La motivación y la disciplina no son lo mismo, pero se complementan: unas veces estarás trabajando porque te sientes motivado. Y cuando falla la motivación, hasta que vuelva, la disciplina y el hábito te mantienen en el camino.
Recompénsate por tus logros y disfruta el camino
El cuarto paso para planificar tus metas y organizar tu vida es recompensarte por tus pequeños logros, no castigarte demasiado por tus errores, y disfrutar del viaje.
No te castigues demasiado cuando cometas un error o te desvíes un poco del camino. La disciplina es necesaria, pero disciplina no significa deshumanización. Tú eres humano, y cuando te equivocas tienes que tratarte con la misma compasión con la que tratarías a un amigo.
Todos podemos tener un mal día, o tomar una mala decisión. Pero no permitas que eso te afecte de manera permanente, no caigas en el pesimismo. Simplemente retoma lo que estabas haciendo, y sigue adelante con la misma determinación.
Y, por otro lado, valora cada pequeño avance que haces. Por ejemplo, si estás aprendiendo un idioma, al principio mantener una conversación sencilla es un verdadero logro. Porque la competición más importante nunca es la que tienes con los demás, sino contigo mismo: en concreto, con la persona que eras ayer, a esa persona es a la que tienes que superar.
Y, sobre todo, no te olvides de disfrutar del camino hacia tus metas. Si has elegido bien, si tus metas tienen un porqué sólido y están alineadas con tus valores, entonces planificar objetivos y trabajar para conseguirlos se convierte en un viaje apasionante. Porque ahora lo que haces tiene sentido verdadero para ti.

Conclusión
En conclusión, ten cuidado con lo que sueñas, porque puede hacerse realidad. Es decir, cuida mucho las metas que eliges, asegúrate de que de verdad te importan profundamente, que coinciden con tu verdadero propósito en la vida. Y entonces lánzate a perseguirlas con todas tus fuerzas y con toda tu pasión.
Primero desglósalas en objetivos SMART, que sean concretos, realistas y medibles, que los puedas alcanzar.
A continuación desglosa esos objetivos en tareas concretas, planifícalas en tu calendario y ponte en acción.
No te olvides de cuidar tu motivación, tu disciplina y tus hábitos para mantenerte firme en el camino.
Y, por último, acuérdate de no castigarte por tus fracasos, de celebrar tus logros, y de disfrutar del camino.
Porque perseguir tus sueños es perfectamente posible. Todo empieza con un primer paso, que es una decisión. Después, si tú quieres, ya no hay marcha atrás.
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